Veliko Tarnovo-Ruse - Bulgaria III

Jueves, 27 Marzo, 2014

Llegamos a Veliko-Tarnovo sin problemas. Después de lo que habíamos leído de las carreteras Búlgaras, las que nosotros nos estamos encontrando son bastante buenas y para la velocidad a la que podemos ir son más que suficiente.

Vista del edificio del museo de arte moderno y del monumento asenid

Nos liamos con la entrada del parking y me toca dar la vuelta en una calle bastante estrecha y complicada pero lo resolvemos bien. Encontramos la entrada buena y nos aparcamos en el parking del hotel Veliko-Tarnovo por 20Levas/día (unos 10€). Es un par
king bastante céntrico pero a la vez muy tranquilo y vigilado.

Iglesia en el camino hacia la fortalezaComo de costumbre me doy una vueltita por los alrededores para hacerme una idea de las cosas que hay cerca mientras Elena se lía con la comida. Me acerco a la oficina de turismo y para conseguir un mapa de la ciudad y ya con el mapa en mi poder, me doy una vuelta por los alrededores para ir localizando los sitios interesantes. 

Callejuelas de la zona antiguaEncuentro un parque muy chulo que tiene un bar con un hinchable enorme. Si hace bueno a la tarde podemos venir. También encuentro el camino hacia la fortaleza, el monumento conmemorativo de la fundacion del reino búlgaro y el museo de arte que hoy tiene entrada gratuita. Bufff! No creo que nos dé tiempo a tanto.

De vuelta a la autoca me llevo a los pekes a un pequeño parque de columpios que está en el mismo recinto del hotel y pasamos allí un ratillo hasta que Elena nos avisa para comer.

Carro antiguo delante de una casa museoA la tarde salimos y lo primero que hacemos es ir hacia la fortaleza porque queda un poco lejos de donde estamos y así a la vuelta podemos visitar lo demás. El recorrido hacia allí atraviesa todo el barrio antiguo que bordea el rio con sus callejuelas estrechas y sus pequeñas casas museo. El paseo resulta muy entretenido y llegamos hasta la fortaleza casi sin enterarnos.

Camino de entrada de la fortalezaResulta que también en la fortaleza es día de acceso libre y nos libramos de pagar el ticket de entrada. Enseguida vemos que es enorme y renunciamos a recorrerla entera porque nos comeríamos toda la tarde y no nos daría tiempo a hacer nada más. Subimos hasta la iglesia que domina el resto del complejo y desde allí las vistas de la ciudad son magníficas.

Salseando con una ballesta gigante en las defensas de la fortalezaBajando de la iglesia, nos acercamos a otro edificio que está en restauración y, ya volviendo, seguimos la muralla hasta uno de los torreones que defendían la llegada por el rio. Nos sentamos a comer algo y a descansar en unos bancos en la misma fortaleza y ya nos ponemos en marcha de vuelta a la ciudad.

Pulseras de la suerte colgadas de los arbolesComo curiosidad, contaros que existe una costumbre en Bulgaria en la que días antes de la llegada de la primavera, se regalan unos a otros unas sencillas pulseritas blancas y rojas que cuando la primavera entra por fin, deben ser colgadas de alguna rama para asegurar un año de buena suerte a su propietario y desde que entramos en Bulgaria hemos visto un montón de estas pulseras colgadas por todos lados. Al principio no sabíamos de que iba la cosa pero en Lovech, Mireya nos explicó en qué consistía. Curioso.

Subiendo a uno de los torreonesLlegamos al parque donde he estado por la mañana aunque todavía no les hemos comentado nada a los pekes del hinchable para darles una sorpresa y después de la andada que se han metido entre pecho y espalda, se lo merecen. No se lo esperaban y cuando llegamos al bar del parque y lo ven, flipan y tardan 5 segundos en quitarse los zapatos y meterse dentro y ya no les vemos el pelo en los 45 minutos que dura el turno, jugando entre ellos y con un par de niños y niñas búlgaros que también están por allí. 

Parque para los pekes al lado del hotel donde estamos aparcadosAl día siguiente, me toca buscar lavandería. He localizado una en Internet y me acerco a comprobar que siga existiendo porque las bolsas de ropa que tengo que llevar son enormes y no es cuestión de llegar con ellas y traérmelas de vuelta. Al final encuentro un atajillo para llegar y está más cerca de lo que parecía en el mapa y además es bastante económica. ¡Perfecto! 

Bonito mural en el camino de vuelta a la autocaVuelvo con la ropa y me la tienen lista para las tres de la tarde. El resto de la mañana me la paso escribiendo tranquilamente en una cafetería mientras Elena hace clase con los pekes. ¡Diossss! No hay forma de llevar la Web al día y estas mañanas tranquilas me permiten darle un pequeño arreón.

Otra de las calles de la zona historica de Veliko TarnovoA la tarde me encargo yo de hacer algo más de clase dando mates y les hemos prometido a los pekes que cuando acabemos nos iremos a pasar otro rato en el hinchable pero justo cuando hemos terminado, se pone a llover y se nos chafa el plan así que cambiamos y nos quedamos en la autoca a hacer un "LEGO Day" o sea, unas cuantas horas de LEGO por delante. ¡Cómo nos lo pasamos! Con la sería duda de si disfruta más el padre o los hijos ,je,je.

Cargando depósitos en Trinidad Rocas Farm, cerca de VelikoLlevamos ya cuatro días aparcados fuera de camping y hoy impepinable necesitamos descargar y cargar depósitos así que nos dirigimos a un camping llamado Trinidad Rocas Farm a unos 8 kmts. de Veliko Tarnovo. Es una especie de granja con terreno para acampar a la orilla del rio. Pedimos permiso al encargado y le digo que si es necesario pagamos por el servicio pero me hace un gesto como que no hace falta y me lleva directamente a donde está el pozo de vaciado y cargamos y descargamos sin problema.

Gente patinando en una plaza cerca de nuestro aparcamientoSalimos ya del Rocas Farm y nos ponemos en marcha hacia Ruse, en la misma frontera con Rumania. Después de parar en un centro comercial para hacer algunas compras y comer algo, llegamos a la ciudad pero en este caso los parkings que habíamos encontrado en el Google Maps no nos sirven porque solo son para coches y nosotros somos talla XXL. Al final nos fiamos de nuestra intuición y nos aparcamos en una de las calles cerca del centro que tiene pinta de tranquila.

Callejeando por RuseAunque no tenemos mucho tiempo para conocerla, nos damos un paseo y Ruse nos parece una ciudad muy bonita con una enorme plaza central que la gente aprovecha para patinar y andar en bici y una calle peatonal también enorme con un montón de gente paseando arriba y abajo.

Nosotros también nos recorremos una parte de esta calle peatonal pero la verdad es que sopla un viento frio bastante desagradable y nos damos la vuelta para meternos en una cafetería y tomar nuestro último café búlgaro antes de entrar ya mañana en Rumania y dirigirnos directamente a Bucarest.

Ver album de fotos completo

Hosted by DUOK Informática, S.L.

Uploaded with GOODSPEED Solution

Stay connected where ever you go