Crónica de la primera semana de viaje. (I)

Domingo, 6 Octubre, 2013

Desde el principio teníamos planeado un comienzo suavecito por la costa mediterránea para irnos haciendo a los ritmos de la autocaravana en un entorno conocido y con posibilidad de solucionar cualquier problema más fácilmente. El único cambio es que lo que inicialmente iban a ser tres semanitas moviéndonos tranquilos, van a ser al final unos 8 ó 9 días a toda pastilla.

Al salir de Zaragoza el domingo al mediodía pusimos rumbo a Valencia a donde llegamos después de 4 horas de viaje tranquilo. Para dormir nos decidimos por un área de AC que hay en el Saler (Marina Park), a pocos Kilómetros de Valencia. El área es de pago (11€/noche) pero está muy bien y es muy tranquila y además por un Euro tienes WIFI durante toda la estancia, independiente del número de días que estés.

Acampados en area AC en el SalerNada más llegar aprovechamos para organizar un poco la autocaravana porque todavía estaba hecha un desastre (y lo que nos queda todavía) y mientras Elena se liaba con la cena, me fui con los pekes a dar un paseo hasta la playa que está a un kilómetro por un camino precioso a través de bosque mediterráneo. A la vuelta ya se nos hizo de noche y no había nada de iluminación hasta llegar al pueblo y daba un poco de cosilla. Esa noche no nos dimos cuenta pero al día siguiente amanecimos acribillados por los mosquitos que habían aprovechado nuestro paseíto al atardecer en camiseta y pantalón corto para cenar a nuestra costa. Primera Novatada!!! A partir de ahora, al atardecer, pantalón largo y manga larga.

Al día siguiente, empezamos de nuevo las clases que se habían interrumpido por la visita a Zaragoza. Por lo menos ahora al principio, esta parte está siendo la que más nos cuesta y aunque los pekes van entrando poco a poco, todavía nos agobia un poco porque nos parece que no nos va a dar tiempo a llegar a los calendarios previstos por el CIDEAD. Veremos…

Después de comer, cogemos el autobús que nos lleva a Valencia en 15 minutos. Se coge cerca de la puerta del área y viene cada hora. Después de más de 15 rotondas a una velocidad endiablada, nos bajamos en la ciudad de las artes y las ciencias, agradeciendo haber hecho el viaje sentados. Si tenemos que ir de pie no lo contamos…

Pabellon de las artesLa ciudad de las artes es preciosa y nos sorprende incluso después de haber visto un montón de fotos. La verdad es que el conjunto es espectacular y merece la pena verlo aunque no entres en ningún pabellón. Dedicamos un rato a disfrutar de la arquitectura (lo que los pekes tardan en aburrirse) y después nos vamos para el parque Gulliver que era el objetivo importante de la tarde.

Un gran parque formado por una recreación de Gulliver de 50 ó 60 metros tumbado en el suelo y con un montón de toboganes y pasadizos para disfrutar subiendo y bajando. 

 Pasamos allí un buen rato y los pekes los pasan fenomenal.

Al final de la tarde estamos machacados de andar pero como hoy es nuestro aniversario (Elena y yo hacemos 28 años juntos) no queríamos irnos a la autoca sin más y acabamos cenando en un McDonals presionados por los pekes que aprovechan cualquier oportunidad para arrimar el ascua a su sardina. ¡Somos unos blandos! Parque Gulliver

Ha sido un día cañero para empezar y volvemos a la noche en otro autobús que hace que el del mediodía parezca un cochecito de feria. ¡Qué manera de correr! Seguramente será normal pero a nosotros nos ha dejado asustaos. El ultimo kilometro he ido de pie para fijarme en nuestra parada y avisar al conductor y me costado mantenerme derecho. Eso sí, en cuanto le he avisado, allí mismo ha pegado un frenazo y nos ha abierto la puerta. Una maquina el tio.

Al día siguiente seguimos con las clases. Creo que sobre ese tema escribiremos alguna entrada especial porque tiene tela. Terminamos y nos ponemos en marcha hacia Peñiscola pensando en comer allí cuando lleguemos.

A unos 30 Kilómetros de Peñiscola empiezo a notar que la dirección empieza a vibrar y paro en una gasolinera porque me mosquea un poco. Reviso las ruedas pero no veo nada raro y pienso que simplemente se habrán desequilibrado un poco. Seguimos suavecito hacia Peñiscola con la idea de ir a un taller después de comer pero cuando no hemos recorrido ni 10 kilómetros oímos un golpe en los bajos y el volante empieza a vibrar mucho. Nos llevamos un susto morrocotudo y paro en el arcén a ver qué ha pasado. Otra vez revisamos todas las ruedas y no vemos nada pero a doscientos metros, en medio de la autopista veo un trozo de algo y cuando me acerco veo que es un cacho de la cubierta de una de nuestras ruedas. Cuando  las vuelvo a mirar, veo que efectivamente a la rueda del conductor se le ha desprendido un cacho de la cubierta.

Rueda desprendida

No lo había visto nunca. Llamamos a la grúa que viene en seguida y un taxi nos acerca a los cuatro hasta Neumáticos Benicarlo donde nos cambian las dos cubiertas delanteras. ¡Como el dibujo estaba bien, no habíamos comprobado la fecha y resulta que tenían ya nueve años! Otra novatada!!!

Después de todo esto, llegamos a Peñiscola bastante tarde y como después de dar un par de vueltas no veo claro donde aparcar, paramos y preguntamos a los municipales para no dejarla en algún sitio que luego nos de problemas. Nos indican que excepto en un parking de tierra y en el paseo marítimo, podemos aparcar donde queramos así que buscamos un sitio tranquilito, y nos vamos a dar un pequeño paseo antes de cenar para echar un vistazo a la playa y al paseo que resulta muy bonito al atardecer, sobre todo el castillo iluminado.Vista del castillo de Peñiscola

Encontramos una chica que ha hecho el castillo de Harry Potter con arena. Nos parece una pasada y los pekes le echan un eurito en su hucha de artista.

Al día siguiente, clase por la mañana, y por primera vez, terminamos rapidito y sin cabreos así que nos vamos felices hacia el pueblo a comprar pan y viendo que se ha quedado un día espectacular, decidimos hacer unos bocatas y pasar el hueco del día en la playa como unos jubilados más. Se nota que es octubre y no hay mucha gente pero el día está de playa total. La sensación de estar tumbados en la playa un miércoles de octubre es muy especial y lo aprovechamos.

Los pekes en la orillaDespués de disfrutar de lo lindo, a media tarde levantamos el campamento playero y nos ponemos en marcha hacia Salou porque al día siguiente tenemos el primero de los dos días que vamos a pasar en Port-Aventura, pero si os parece, eso lo contamos en el siguiente post.